La historia de San Dionisio

8 Oct, 2021 | Noticias

La Festividad de San Dionisio como Patrón de Jerez, nace con motivo de la fecha de la reconquista de la ciudad, el 9 de octubre de 1264. Pero su historia viene marcada por la confusión que permanentemente ha existido con el Santo Dionisio Obispo de Paris.

En este artículo de Don José Luis Repetto Betes del año 2014 en las páginas de Diario de Jerez, se pretende aclarar algo mas sobre este tema:

Parece que fue en el siglo IX cuando a un abad de la abadía parisina de San Dionisio se le ocurrió confundir al obispo y mártir de la capital francesa con San Dionisio Areopagita, convertido al cristianismo por el apóstol San Pablo, según narra el Libro de los Hechos en su cap/ 17. No faltan quienes dicen que esta confusión se debió ante todo al empeño francés de que su Iglesia tuviera origen apostólico y pudiera por ello codearse con Roma, aspiración manifiesta de todos los brotes de galicanismo. En los menologios o santorales griegos aparece de muy antiguo San Dionisio Areopagita, pero el día 3 de octubre, no el día 9, y se le tiene por primer obispo de Atenas, se le llama mártir y su martirio se dice que consistió en que fue quemado vivo.

En Occidente se tenía de antiguo la memoria de San Dionisio, sin el apelativo de Areopagita, sino de Obispo de París y mártir, cuyo martirio fue por decapitación, junto con dos compañeros, en un monte cercano a París que tomó por ello el nombre de Montmartre. Cuando en 1264 Sharis, que en lengua castellana pasó a llamarse Jerez, fue conquistada por el rey de Castilla y León, Alfonso X el Sabio, y se produjo su incorporación a los dominios cristianos, ya estaba consolidada la leyenda galicana de que el obispo de París, martirizado entre 250 y 270, era la misma persona que San Dionisio Areopagita, el convertido por el Apóstol San Pablo.

Cuando a finales del siglo XVI el cardenal César Baronio publicó su Martirologio, luego de largos y prolongados estudios, en las notas que pone al elogio biográfico de San Dionisio el 9 de octubre, dice Baronio haber estudiado el tema con detenimiento y expresa su conclusión: ambas personas, el Areopagita y el de París, son una sola. Para deciros esto tengo por delante un ejemplar de la tercera edición del Martirologio, datada en Roma el año 1598, libro que me obsequió mi añorado amigo y paisano Antonio de León y Manjón. Hoy ya no hay un solo biógrafo serio que sostenga tal identificación sino que todos nuevos santorales, empezando por el famoso Butler´s Lives of Saints, los distinguen como dos personas distintas.

La famosísima obra hagiográfica Bibliotheca Sanctorum en su tomo IV columnas 634-637 defiende con argumentos incontestables que ambos santos, el Areopagita y el de París, son dos personas distintas, la una del s. I y la otra del siglo III. Y así ha hecho también la nueva edición del Martyrologium Romanum, publicada en el Vaticano en 2001, y corregida a poco con una nueva edición en 2004, que tradujo al español nuestra Conferencia Episcopal y publicó en 2007. La pregunta es: ¿De dónde surgió entonces la leyenda de confundirlos? La Crónica de Lucio Dextro (+ 444) cuya autenticidad es negada hoy generalmente, confunde a ambos Dionisios. Pero del primero que podemos decir con certeza que los confundía es de Halduino, abad del monasterio de San Dionisio en París, muerto el año 840 y que escribió una ‘Vida de San Dionisio’. Este escrito y los monjes de aquel monasterio tuvieron mucha influencia en la difusión de la leyenda de la identidad de ambos santos y de la muerte por tanto del Areopagita decapitado.

En su Tratado del Sacerdocio IV, 7, dice San Juan Crisóstomo que la mujer llamada Dámaris, que en Atenas se convirtió a la fe cristiana junto con el Areopagita, era su esposa. Los historiadores insisten en que esta afirmación no tiene fundamento. Dionisio, obispo de Corinto, en una carta suya a los atenienses, fechable poco antes del año 175, dice que el Areopagita murió como primer obispo de Atenas. Esta noticia la recoge el historiador Eusebio en su Historia Eclesiástica III, 4, 10. El llamado Vetus Romanum Martyrologium dice que Dionisio el Areopagita padeció en Atenas diversos tormentos siendo emperador Adriano y apela para esta noticia a la obra de Arístides. Pero cuando ésta ha aparecido en su versión siríaca resulta que no menciona el martirio del Areopagita. Varias leyendas han circulado sobre el Areopagita aparte de su imposible confusión con el de París: una, que vio desde Atenas el eclipse solar que se produjo a la muerte del Señor (Mt 27,45) y otra, que asistió con los Apóstoles a la muerte de la Virgen María. Sólo la confusión con el de París lo hace morir decapitado. Mientras que en Oriente circula más la tradición de que murió quemado vivo. La leyenda de que luego de decapitado cogió su cabeza con las manos no es exclusiva de San Dionisio, se dice también de San Laureano, decapitado en Bourges. Y ahora resulta que algunos se vuelven a plantear el tema: ¿Y cuál de los dos, el de Atenas o el de París es el patrón de Jerez? Lo dicen como si este tema no lo hubiéramos tratado y más que tratado en varios artículos periodísticos y como si Roma en el Propio de los Santos de Jerez no hubiera señalado ya al Areopagita como nuestro patrono.



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